Sí, mentí.
No, no he hecho nada, ¡maldita sea!
¿Sirve de algo decir que con el traslado he perdido MI LÁPIZ?
¿Y que he ahogado mi emepetrés?
Así que voy a colgar un par de dibus ridis: niño forzudo y niña cabreada.
Y tengo mejores noticias todavía: he terminado de recuperar todas mis libretas de dibujos. O sea, que tengo cantina, digo, cantera, para rato.