Otra de Naya. Aunque me da mil de pereza usar colorines, esta nena es pelirroja tirando a pelinaranja (antes de que nadie piense nada raro, este personaje tiene diez años), y tiene poderes acojonantes. De telequinesia, ahí es nada.
Naya pasó su infancia en un orfanato que en realidad era una tapadera para adoctrinar y entrenar a infantes con fantásticos poderes, un trasfondo muy original. Allí hizo grandes amistades y alguna que otra barrabasada, pero como todas las gamberras de cómic, tiene buen corazón.